Llegué loco! o Loco! Llegué!
Una semana que no se repite muchas veces. Inolvidablemente mixta. Alfabetización Digital, auspiciado entre Fundación Mercator y Rajense Viejos Inc.
Ciudad: Salamanca.
Antes, de que se me olvide, tuve un sueño muy extraño, me costó primero recordar que lo había tenido, después decirle a la cabeza que si, había sido un sueño, para aterrizarlo al plano interpretativo. El asunto en cuestion:
Cualquier calle tercermundista medio derroida, yo sentado en una silla (supongo, nunca la ví) y apoyado en una mesa blanca como esas que juntas para los cumpleaños, como de madera pintada. Frente a mi, a una distancia de mas o menos una calle, un tipo vende papas fritas en su kiosco, de esos grandes, parecer estar instalado en un terreno, como si atrás hubiera una casa, pero sin anexarse a ella. Hay casas a los lados, como cuando vivia en la Villa Ensenada, en Talcahuano. Le pido unas papas fritas mientras veo que juega con otros objetos coloridos, pero no noto que son exactamente, la idea principal es que de papas fritas ni atisbo. Le pido una vez más, y subitamente aparece un monito.
Para aligerar la carga imaginativa, ahi tiene más o menos como era, un mono del tipo ardilla.
El animalillo se trepa hasta más o menos mis pantorrillas, me entra el nerviosismo y me lo saco de encima saliendo del lugar. Camino por otro sector también en la onda tecermundista, y me aparece otro ser relacionado, un tipo más alto que yo y más robusto, con rasgos caucasicos y con cara de felicidad estupida. Era el niño que se creía gorila. Me conversa de muchas cosas que no entiendo, que no hago esfuerzo por entender. Consigo un cambio de rumbo y doy a parar misteriosamente al centro de Concepción, a la esquina que está frente al doggis, donde empieza Almacenes Paris. Ahí, aliviado, se supone me encuentro con la alcaldesa de la ciudad, una mujer esbelta, pelo castaño claro que tomaba tonos más rojizos por la iluminación de la tienda, cara limpia, piel más clara que la mia, traje de ejecutiva. Me pide disculpas por el impasse que acabo de pasar, larga una explicación de la actitud de este tipo, que es por en su juventud leyó a no me acuerdo que escritores y eso lo perturbó. Camino por Anibal Pinto. Luz. Despierto.
(Hubo otro sueño, pero ese no lo entiendo todavía, una amiga a la que no llamo hace meses me ofrece whisky para distraerme o callarme en una casa que no es la suya, pero estoy seguro de que queda cerca, y que la habia soñado antes a ella ahí).
Me llaman a la once. ¿Por qué publico todo esto? Es casi un compendio de muchas cosas que ahí (en la alfabetización) pasaron. Es la primera vez que puedo interpretar un sueño de forma tan clara, los elementos están ahi, todavía laten. Right Away.
Ciudad: Salamanca.
Antes, de que se me olvide, tuve un sueño muy extraño, me costó primero recordar que lo había tenido, después decirle a la cabeza que si, había sido un sueño, para aterrizarlo al plano interpretativo. El asunto en cuestion:
Cualquier calle tercermundista medio derroida, yo sentado en una silla (supongo, nunca la ví) y apoyado en una mesa blanca como esas que juntas para los cumpleaños, como de madera pintada. Frente a mi, a una distancia de mas o menos una calle, un tipo vende papas fritas en su kiosco, de esos grandes, parecer estar instalado en un terreno, como si atrás hubiera una casa, pero sin anexarse a ella. Hay casas a los lados, como cuando vivia en la Villa Ensenada, en Talcahuano. Le pido unas papas fritas mientras veo que juega con otros objetos coloridos, pero no noto que son exactamente, la idea principal es que de papas fritas ni atisbo. Le pido una vez más, y subitamente aparece un monito.
Para aligerar la carga imaginativa, ahi tiene más o menos como era, un mono del tipo ardilla.
El animalillo se trepa hasta más o menos mis pantorrillas, me entra el nerviosismo y me lo saco de encima saliendo del lugar. Camino por otro sector también en la onda tecermundista, y me aparece otro ser relacionado, un tipo más alto que yo y más robusto, con rasgos caucasicos y con cara de felicidad estupida. Era el niño que se creía gorila. Me conversa de muchas cosas que no entiendo, que no hago esfuerzo por entender. Consigo un cambio de rumbo y doy a parar misteriosamente al centro de Concepción, a la esquina que está frente al doggis, donde empieza Almacenes Paris. Ahí, aliviado, se supone me encuentro con la alcaldesa de la ciudad, una mujer esbelta, pelo castaño claro que tomaba tonos más rojizos por la iluminación de la tienda, cara limpia, piel más clara que la mia, traje de ejecutiva. Me pide disculpas por el impasse que acabo de pasar, larga una explicación de la actitud de este tipo, que es por en su juventud leyó a no me acuerdo que escritores y eso lo perturbó. Camino por Anibal Pinto. Luz. Despierto.
(Hubo otro sueño, pero ese no lo entiendo todavía, una amiga a la que no llamo hace meses me ofrece whisky para distraerme o callarme en una casa que no es la suya, pero estoy seguro de que queda cerca, y que la habia soñado antes a ella ahí).
Me llaman a la once. ¿Por qué publico todo esto? Es casi un compendio de muchas cosas que ahí (en la alfabetización) pasaron. Es la primera vez que puedo interpretar un sueño de forma tan clara, los elementos están ahi, todavía laten. Right Away.
Enjoyed a lot! » » »
Posted by Anónimo | 6:45 a. m.
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Posted by Anónimo | 6:43 p. m.